El envejecimiento facial viene determinado por dos componentes principales, uno superficial y otro profundo. El componente superficial consiste en la aparición de manchas oscuras y rojeces, además de arrugas superficiales y medias. El componente profundo aparece debido al efecto que la gravedad ejerce sobre nuestros tejidos, además de la pérdida de volumen tanto graso como óseo que ocurre con los años. El componente profundo se traduce en la aparición de flacidez (arrugas y surcos profundos), y esqueletonización de la cara.
En el momento de decidir que procedimientos vamos a realizar en cada paciente, tenemos que tener en cuenta si hay predominio de un tipo de envejecimiento sobre otro. También que procedimientos serán los que proporcionarán una mejoría más evidente con la menor agresividad, y sin incrementar el coste económico de forma innecesaria.
Envejecimiento superficial
En el caso del envejecimiento superficial nos basaremos en tres pilares fundamentales. El primer pilar es una pauta de cosmética médica que el paciente realizará en su casa y que mejorará tanto el aspecto como la salud de la piel. El segundo pilar son fuentes de luz (láser, IPL, LEDs) y peelings médicos que mejorarán las irregularidades de color y la textura de la piel. El tercer pilar se basa en láseres fraccionados que actúan generando grandes cantidades de colágeno con efecto tensor que mejora las arrugas medias y superficiales, además de mejorar también la flacidez leve.
Envejecimiento profundo
Para tratar el envejecimiento profundo (flacidez y esqueletonización) combinamos diferentes técnicas y tecnologías. Por un lado los rellenos con ácido hialurónico, hidroxiapatita o la propia grasa del paciente nos permiten recuperar los volúmenes perdidos. Por otro lado tecnologías como los ultrasonidos (HIFU) o la radiofrecuencia nos permiten mejorar la flacidez creando múltiples vectores de tracción. Si lo que necesitamos es ejercer una tracción importante en zonas muy concretas, lo que más ayuda son los hilos tensores de PDO. La toxina botulínica es útil para suavizar las arrugas de expresión del 1/3 superior de la cara, y mejorar la posición de las cejas.
La decisión de realizar una determinada combinación de tratamientos es algo que se decide de forma conjunta con el paciente. Se escuchan las preocupaciones concretas de cada paciente, y se fijan unos objetivos adaptados a sus necesidades. Es importante tener en cuenta el presupuesto que el paciente puede destinar a sus tratamientos para ser eficiente y priorizar aquellos procedimientos que con un menor coste le generaran mayor beneficio estético.
Dr. Esteve Darwich Soliva
Dr. David Romero Riu
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